Martes 29 de Abril de 2025 | Aguascalientes.

El Dojo: El Espacio Sagrado para la Excelencia

Mel Wilhelm Fonseca | 04/02/2025 | 13:07

En la columna anterior, exploramos la importancia del kata, esa práctica repetitiva y meticulosa que nos permite alcanzar la perfección en cualquier disciplina. Hoy, nos adentramos en el lugar donde el kata cobra vida: el dojo. En la cultura japonesa, el dojo es más que un simple espacio físico; es un lugar sagrado para el aprendizaje, la práctica y la mejora continua. Entonces, ¿Cómo podemos identificar y mantener nuestros dojos en la vida cotidiana y laboral?
 
El dojo, en su definición tradicional, es el "lugar del camino". Es donde los practicantes de artes marciales se entrenan, pero su concepto se extiende más allá de los tatamis y los kimonos. En nuestra vida diaria, el dojo puede ser cualquier espacio dedicado a la práctica y el perfeccionamiento de nuestras habilidades. Puede ser una oficina, una cocina, un taller o incluso un rincón tranquilo en casa donde nos dedicamos a la meditación o la lectura.
 
La importancia del dojo radica en las condiciones que deben mantenerse para que este espacio cumpla su propósito. Primero, debe ser un lugar limpio y ordenado. En un dojo desordenado, la mente se dispersa y la concentración se desvanece. La limpieza no solo se refiere a la ausencia de suciedad, sino también a la organización y la disposición de los elementos de manera que faciliten el flujo de trabajo y la práctica. Un dojo limpio es un reflejo de una mente clara y enfocada.
 
El respeto y la disciplina son fundamentales en el dojo. En un dojo tradicional, se sigue una etiqueta estricta que incluye saludos, respeto a los instructores y consideración hacia los compañeros de práctica. En nuestros dojos cotidianos, esta disciplina se traduce en hábitos y rutinas que cultivamos con constancia. Por ejemplo, en el trabajo, esto puede significar comenzar el día revisando y planificando nuestras tareas, respetar los tiempos de descanso y mantener una comunicación abierta y respetuosa con nuestros colegas.
 
El dojo también es un lugar de crecimiento personal. Es donde enfrentamos nuestros miedos, perfeccionamos nuestras habilidades y superamos nuestras limitaciones. En la vida personal, nuestro dojo puede ser el espacio donde practicamos un hobby, desarrollamos una nueva habilidad o simplemente nos dedicamos tiempo para reflexionar y crecer como individuos.
 
Mantener y respetar nuestro dojo requiere un compromiso constante. No es suficiente con limpiar y organizar una vez; debemos mantener estas condiciones diariamente. La disciplina es clave. Esto significa establecer rutinas, ser consistentes en nuestras prácticas y siempre buscar maneras de mejorar nuestro entorno.
 
Por lo tanto, podrías decir que el dojo es más que un espacio físico; es un entorno que cultivamos con respeto, limpieza, y disciplina para fomentar la excelencia en nuestras vidas. Identifiquemos nuestros dojos, ya sea en el trabajo o en el hogar, y trabajemos para mantenerlos en las condiciones ideales. De esta manera, podremos practicar nuestra kata diaria con la dedicación y el enfoque necesarios para alcanzar la excelencia en todo lo que hacemos.
 
Arigatou gozaimashita.