Sofía Jara | Plano Informativo | 04/07/2025 | 16:31
Aguascalientes, AGS; El río San Pedro, uno de los principales cuerpos de agua de Aguascalientes, enfrenta una de sus etapas más críticas en lo que va de la última década. En 2025, ambientalistas y expertos alertan que la contaminación de su cauce ha seguido en aumento, al tiempo que representa una amenaza directa para los mantos freáticos que abastecen de agua potable a toda la zona metropolitana.
De acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma de Aguascalientes publicado este año, más del 95?% de las aguas residuales municipales e industriales del estado se vierten en el San Pedro, muchas sin el tratamiento adecuado. Los monitoreos revelaron altas concentraciones de metales pesados como plomo, arsénico y cromo, así como niveles preocupantes de coliformes fecales, lo que hace inviable el contacto humano con el agua incluso en tramos urbanos.
“El problema no ha mejorado; por el contrario, se ha agravado con el crecimiento industrial y la falta de control real sobre descargas ilegales”, explicó el biólogo Iván Torres, integrante del colectivo ambiental Agua Clara. Señala que el gobierno estatal ha invertido en vigilancia con drones y monitoreo satelital, pero las acciones no han frenado el deterioro. En los primeros cinco meses de 2025 se detectaron al menos 15 puntos de vertido clandestino, según datos de la Secretaría de Sustentabilidad, Medio Ambiente y Agua (SSMAA).
Uno de los mayores riesgos es la filtración de contaminantes al acuífero Aguascalientes, del cual depende el 100?% del abasto doméstico de agua. Un análisis técnico del Instituto de Geología de la UNAM estima que hasta el 40?% de los contaminantes del río podrían estar infiltrándose a través de fracturas geológicas del subsuelo, sobre todo en zonas agrícolas del sur del estado, donde el río pierde profundidad y se vuelve más vulnerable.
Aunque se han propuesto soluciones como sellar tramos críticos del cauce con arcilla e impermeabilizar zonas de alto riesgo, las acciones estructurales siguen sin presupuesto asignado. Ambientalistas advierten que si no se actúa con urgencia, el deterioro del San Pedro podría traducirse, en menos de cinco años, en un colapso del sistema hídrico local.