En un reciente incidente en un vuelo de Singapore Airlines de Londres a Singapur, unas fuertes turbulencias provocaron la muerte de un hombre y enviaron al hospital a decenas de pasajeros. Después de que el piloto declarara una emergencia médica y desviara el avión a Tailandia, 30 de los 211 pasajeros y 18 miembros de la tripulación necesitaron hospitalización o tratamiento médico.
He aquí una opinión impopular: viajar en avión puede ser estresante, exasperante e inductor de ansiedad. Puede que esté reflejando mis miedos personales, pero escúcheme. Hay que llegar con mucha antelación, pasar por varias rondas de controles de seguridad y luego caminar, caminar y caminar hasta encontrar la puerta de embarque, donde hay que hacer fila hasta que te “facturan”, sin olvidar el transporte del aeropuerto que, en ocasiones, hay que tomar para llegar al avión antes de sentarse en una situación claustrofóbica. La comida en mal estado, la falta de espacio para las piernas y los asientos incómodos, no justifican un viaje en avión. Y la cosa empeora si hay turbulencias.
¿Qué son las turbulencias?
¿Se pregunta qué son las turbulencias? En pocas palabras, la turbulencia aérea es un fenómeno meteorológico impredecible caracterizado por el movimiento irregular del aire causado por remolinos y corrientes verticales, a menudo asociado con frentes, cizalladura del viento y tormentas. Su intensidad puede variar enormemente, desde leves sacudidas hasta condiciones severas que pueden descontrolar momentáneamente un avión o incluso causar daños estructurales.
¿Cuál es la razón de las turbulencias?
Según la Escuela de Aeronáutica de Sheffield, varios factores ambientales contribuyen a la turbulencia, pero la causa principal son los cambios en la atmósfera. La “turbulencia ligera” implica ligeros cambios de altitud, que causan mínimas molestias. La “turbulencia moderada” es más intensa, te hace sentir tensión en el asiento, pero los pilotos mantienen el control del avión. La “turbulencia severa” es el resultado de cambios de altitud grandes y bruscos, la cual obligan a uno a siempre estar con el cinturón de seguridad y pueden hacer que los pilotos pierdan el control del avión. La más peligrosa es la “turbulencia extrema”, en la que el avión es zarandeado violentamente, lo que hace imposible controlarlo y puede causar daños estructurales.
En febrero 2024, un vuelo de IndiGo de Nueva Delhi a Srinagar se enfrentó a fuertes turbulencias debido a las intensas lluvias, lo que supuso una experiencia aterradora para los pasajeros a bordo. El calentamiento global y el cambio climático tienen mucho que ver en esta terrible situación. Según un informe de 2023, los investigadores descubrieron que los vuelos sobre la India pueden sufrir más turbulencias a medida que el cambio climático altera la velocidad del viento, y es probable que los vuelos sobre el norte de la India sufran un 200% más de turbulencias en 2050 debido al calentamiento de la atmósfera y al cambio en los vientos.
¿Se puede morir uno por una turbulencia áerea?
Aunque la tripulación a bordo está entrenada para manejar situaciones tensas, experimentar turbulencias puede ser aterrador. Los pilotos son expertos en predecir y navegar a través de varios niveles de turbulencia e incluso de choques con aves. Aunque las caídas repentinas pueden ser alarmantes, los aviones están diseñados para soportar incluso turbulencias severas, por lo que las probabilidades de que provoquen un accidente son muy improbables.
Las víctimas mortales, como el reciente incidente de Singapore Airlines, son raras. No obstante, es crucial conocer el protocolo de vuelo y mantener la calma. Si usted es un viajero nervioso, la preparación puede ayudarle a hacer frente a posibles turbulencias. La medida más importante es abrocharse siempre el cinturón de seguridad, ya que su uso reduce considerablemente el riesgo de sufrir lesiones graves. Además, presta atención a las instrucciones de seguridad de la tripulación y mantén la calma en lugar de ponerte nervioso o agresivo.