Cuando las distracciones son el pan de cada día en tu vida, estás ante una señal de que necesitas una meditación para combatir la procrastinación. La falta de motivación para comenzar o terminar una tarea importante que perfectamente podrías hacer, pero por alguna extraña razón no puedes evitar caer en distracciones no siempre se debe a una apatía descarada, más bien está relacionada con el miedo.
'¿Miedo a qué?', te preguntarás y la respuesta pueden ser muchas cosas: al fracaso, a la vergüenza, a la frustación, a la incomodidad, a los problemas. En fin, hay tantos estímulos que son expertos en generar emociones incómodas y el mecanismo natural del cuerpo para alejarte del sufrimiento es procrastinar (paradójicamente, la culpa de no hacer lo que te toca provoca una emoción desagrabale que es todo lo que busca remediar).
Aunque no se trata de juzgar a tu cerebro por provocar la procrastinación ni a ti por caer en sus redes, necesitas encontrar una forma de cambiar la manera en que lidias con esas emociones y romper con el círculo vicioso de las distracciones.
Una excelente idea es utilizar la meditación para relajar los síntomas de la ansiedad y orientar tus pensamientos a tu favor. Además, evarla a cabo no te tomará más de 5 minutos ni necesitarás moverte de tu lugar.
Meditación para romper con la procrastinación
Cuando estés frente a tu área de trabajo y comiences a sentir ansiedad por comer, ver redes sociales, o limpiar tu casa a profundidad en lugar de concentrarte en las tareas que debes completar, deja todo en el escritorio y qúedate sentada en tu silla con la espalda completamente recargada en el respaldo para comenzar con esta breve meditación de cinco minutos.
Recorre todo tu cuerpo, de los pies a la cabeza.
Nota qué sientes en cada parte de ti mientras respiras profundamente.
Vuelve a tu respiración normal y piensa en esa actividad que estás relegando.
Pon mucha atención a cómo reacciona tu cuerpo al evocar ese pensamiento.
¿Te aterra? ¿Te causa apatía? ¿Sientes culpa?
Sin juzgarte y con el objetivo de comprender, elabora un poco más la respuesta de por qué estas sensaciones están causando tu procrastinación.
Cuestiona si el freno que te detiene es válido o se trata de una creencia limitante.
Sustituye tus pensamientos negativos por afirmaciones positivas que te motiven a romper el círculo de la procrastinación.
Vuelve a guiar tu atención de forma gentil a tu respiración.
Inhala y exhala profundamente las veces que necesites hasta que te sientas relajada.
Regresa a la tarea que debes completar.
Si practicas esta meditación para combatir la procrastinación cada vez que de pronto te sientas súper interesada en saber cuál es tu color de la suerte mientras estás estudiando, ten por seguro que poco a poco lograrás cesar la intensa necesidad de investigar a fondo sobre el tema hasta que llegue el día del deadline.