Si no te basta saber que poner una alarma despertadora en tu teléfono es el peor hábito que puedes cometer al dormir, según expertos, configurarla con tu canción favorita también es un error. Quizás lo haces para reducir el “impacto” de romper el sueño y darte ánimo, pero la realidad es que no es buena idea.
No importa lo suave, melodioso o profundo que sea el tono que eliges para despertar, cuando ese sonido quiebra tu descanso profundo, automáticamente va creando un trauma.
¡Haz la prueba! En un horario aleatorio del día, quizás las 3:00 de la tarde, haz sonar la alarma de tu teléfono. Cuando comience, te darás cuenta de que el sonido te crea incomodidad, porque tu mente lo tiene asociado a un momento que no es psicológicamente agradable: despertar forzadamente.
Esto significa que, indistintamente, de que se trate de tu canción favorita o alguna que te agrade, con el tiempo tu cerebro comenzará a rechazarla. Cuando la escuches en otro momento del día, podrías no disfrutarla e incluso puedes arruinar el efecto satisfactorio que normalmente te transmite.
La buena noticia es que al descartarla como tu alarma despertadora, ese efecto negativo desaparecerá con el paso de los días y posiblemente volverás a disfrutarla más adelante.
Lo mejor es despertar por tus propios medios, sin despertador
El doctor Javier Albares, neurofisiólogo especializado en sueño, enfatiza que el escenario más ideal es despertarte de forma autónoma, es decir, cuando tu cuerpo se sienta descansado. Aquí te compartimos algunos trucos, sin la necesidad de activar alarmas.
“Cuando despiertas con un sonido emitido por el reloj o el teléfono, estás interrumpiendo la función fisiológica del sueño”, apunta. Con el pasar de los días, esto se convierte en un trauma mental.
Asimismo, el doctor Joaquín Terán Santos aclara que posponer la alarma te hace caer en un efecto nocivo de ciclos interrumpidos.
Cuando activas el botón de “snooze” o “posponer alarma”, tu cerebro comienza de nuevo su ciclo del sueño. Por tal motivo, después de 5 o 10 minutos te sentirás más cansado que antes. En definitiva, esos 5, 10 o 15 minutos no están reparando tu cuerpo o tu mente.
