El seguimiento médico del embarazo permite detectar a tiempo pacientes con factores de riesgo de diversas complicaciones como hipertensión arterial, hemorragia, diabetes gestacional, defectos congénitos fetales y situaciones relacionadas con el aborto, entre otras.
Esto permite aplicar medidas preventivas y de vigilancia estrecha para atenuar la gravedad de las complicaciones, informó el jefe del Departamento de Obstetricia del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) de la Secretaría de Salud, Francisco Ibargüengoitia Ochoa.
En entrevista por el Día Internacional de la Obstetricia y el Embarazo, que se conmemora el 31 de agosto, el especialista detalló que la Norma Oficial Mexicana NOM-007-2016, para la atención a la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién nacida establece que la gestante debe tener por lo menos cinco consultas de control prenatal, es decir, una visita mensual hasta la semana 32 del embarazo.
Añadió que, entre la semana 32 y 35, debe tener otra consulta; entre la 35 y la 37 una más y a partir de la 37 una revisión semanal hasta el parto.
Cuando la mujer embarazada presenta algún problema de salud, como diabetes, hipertensión arterial, lupus eritematoso o embarazo múltiple, lo ideal es una revisión cada dos semanas, durante la primera mitad del embarazo. En algunos casos, la revisión debe ser semanal.
El especialista detalló que en este periodo se deben aplicar acciones de prevención, como la vacunación contra difteria, tosferina y tétanos (TDAP) y la suplementación con ácido fólico, toda vez que existe tres por ciento de riesgo de que el feto presente alguna malformación cardiovascular, digestiva, de pared abdominal, renal o tubo neural.
Está comprobado que el consumo de ácido fólico tres meses antes y durante el primer trimestre del embarazo disminuye hasta 90 por ciento el riesgo de que el feto desarrolle defectos congénitos del cerebro, la columna vertebral y la médula espinal.
Otros problemas que se pueden prevenir con la ingesta de ácido fólico son la llamada acránea (ausencia de la bóveda craneana); anencefalia (condición que afecta la formación del cerebro y de los huesos de cráneo que rodean la cabeza); mielomeningocele (malformación del sistema nervioso central de origen congénito).
Dio a conocer que la mayoría de los embarazos ocurre de los 20 a los 29 años. El INPer anualmente registra entre dos mil 500 y tres mil nacimientos de embarazos de alto riesgo; de esta cifra, 150 son embarazos gemelares o múltiples.
Precisó que, en 2022 en México hubo un millón 891 mil 388 nacimientos. El Estado de México ocupó el primer lugar con 201 mil 985; seguido de Chiapas, con 153 mil 413; Jalisco, con 120 mil 437, y la Ciudad de México, con 106 mil 677.
Al referirse a la especialidad médica de la Gineco-Obstetricia, explicó que involucra todos los problemas que se pueden presentar desde la fecundación, implantación del cigoto, diagnóstico del embarazo, endocrinología e inmunología del embarazo y desarrollo de la placenta, así como del feto.
La o el especialista en Obstetricia vigila los cambios que surgen en el organismo materno y el diagnóstico de algún problema que presente el feto.
Esta especialidad tiene subespecialidades que abordan la salud sexual, preparación para la maternidad, lactancia, educación y promoción de la salud, así como el embarazo en la adolescencia.
Otra complicación frecuente y potencialmente grave del embarazo es la diabetes gestacional, la cual el o la obstetra puede detectar mediante la realización de una curva de tolerancia a la glucosa.
Dentro de las complicaciones que pueden presentarse en la diabetes gestacional son la macrosomia (bebés de más de cuatro kilogramos de peso), distocia de hombros (parto difícil por el tamaño excesivo del bebé) y hasta la muerte fetal. En el INPer, 16 por ciento de las pacientes es diagnosticada con diabetes gestacional.
Los avances en este campo son múltiples, subrayó; hoy se cuenta con ultrasonidos de alta resolución, que coadyuvan a un mejor diagnóstico de anomalías congénitas fetales y sirven de apoyo para la práctica de la cirugía fetal o equipos de monitoreo electrónico del corazón del bebé durante el trabajo de parto.
Es posible practicar amniocentesis para detectar trastornos genéticos y defectos de nacimiento; biopsias para diagnóstico prenatal de problemas cromosómicos; genética preimplantación, que se utiliza en pacientes sometidas a fertilización in vitro para detectar embriones con alteraciones cromosómicas antes de ser transferidos a la madre para asegurar que el embarazo evolucione de forma satisfactoria.
Por ser un instituto de muy alta especialidad, el INPer brinda servicios gratuitos de alta calidad a todas las mujeres que no están inscritas a algún esquema de seguridad social y presentan embarazo de alto riesgo.
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