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Monster Hunter: la saga rey de los dinosaurios

IMN | 04/09/2024 | 13:20

En los últimos días, Shinji Mikami, reconocido desarrollador de videojuegos por, entre otras grandes cosas, ser el creador de Resident Evil habló sobre la posibilidad de un regreso de Dino Crisis. Hace muchos años que la comunidad de jugadores sueña con la vuelta de la famosa saga de horror survivor que nació en 1999 y que puso a los dinosaurios como principales antagonistas.
 
Sus declaraciones no fueron alentadoras para los fanáticos, ya que planteó que actualmente no existe mercado posible para un juego así ya que la temática dinosaurios es dominada por Monster Hunter. Al igual que Dino Crisis y Resident Evil, esta franquicia también pertenece a Capcom. Mikami señala que ya sea con una nueva entrega o un remake, sería muy difícil innovar con algo relacionado a dinosaurios cuando Monster Hunter ya es algo muy grande.
 
Lo primero que se me ocurre al leer estas declaraciones es que ambas propuestas son muy diferentes entre sí por lo que me cuesta imaginarlas como “competidoras”. Sin embargo, es una realidad que Monster Hunter es un titán único en su idea y es difícil imaginar que alguna innovación no venga por su cuenta. También es una realidad que las últimas remake de los Resident Evil, que fueron el puntapié inicial para que los fanáticos pidan lo propio con Dino Crisis, fueron producciones que innovaron tanto la franquicia como la industria en algún aspecto, algo que sería imposible de lograr para Dino Crisis.
 
Cuando hablamos de Monster Hunter, estamos hablando de una de las franquicias más únicas y exitosas de la industria pero: ¿qué la hace especial para que sea tan difícil imaginar un competidor?. En primer lugar, que ya tiene un recorrido histórico importante, ya que la saga cumplió su vigésimo aniversario este año. Lo interesante es que la saga sacó entregas de manera regular que siempre fueron bien recibidas pero que se mantuvieron en un nicho muy limitado y establecido hasta 2018, donde Monster Hunter: World terminó de elevar la franquicia hasta los más alto de la industria.
 
Monster Hunter: World vendió más de 25 millones de unidades en todo el mundo logrando ser la entrega que introdujo a la saga en occidente de una manera que hasta el momento no había podido y abriendo la puerta a millones de jugadores nuevos que ingresaron a su mundo y ahora no quieren salir. En mi caso, yo soy uno de estos ejemplos. Por más de que conocía la saga, no fue hasta Monster Hunter: World donde pude ingresar y depositar cientos de horas en una entrega única.
 
A grandes rasgos, Monster Hunter es un juego de cacería de monstruos con un fuerte componente cooperativo. Sin embargo, es mucho más que eso, ya que cuenta con un montón de elementos y mecánicas que conviven. Exploración, grindeo, combate, una gran variedad de armas que se usan de manera muy diferente y un impactante estilo visual y gráfico son algunos de los puntos que conviven y que crean algo único.
 
Uno de los aspectos que me enamoró de Monster Hunter: World es su complejidad, tanto en el combate como en el uso de armas y en la satisfacción que produce ir aprendiendo y mejorando con el paso de las horas. El cómo en las primeras horas ganamos a duras penas combates contra dinosaurios pequeños para luego ser un cazador implacable y hacerle cara al temible Rathalos es una de las sensaciones más especiales y únicas que me pasaron en los videojuegos.
 
A esto, se le suma la posibilidad del cooperativo con amigos lo que brinda toda una nueva experiencia de coordinación y apoyo. Las peleas contra los monstruos no son sencillas y, en las primeras etapas del juego, cada batalla puede durar más de treinta minutos, por lo que es un título que requiere su aprendizaje. La magia de Monster Hunter: World y su saga es que la experiencia evoluciona a la par de la habilidad del jugador y su equipamiento.
 
Las batallas contra los monstruos no son lineales, ya que cada uno de los enemigos tiene su propia personalidad y reacciona de manera diferente. En este sentido, también pueden ocurrir situaciones diferentes como que otros monstruos se sumen a la batalla, ya sea para atacar a nuestra presa o a nosotros, abriendo aún más el abanico de posibilidades dentro del juego.
 
Por más de que el combate es la pieza central y fundamental de la experiencia en Monster Hunter, también pasaremos mucho tiempo conociendo su historia y sus personajes, en el campo de entrenamiento para mejorar nuestros combos, cambiando nuestro equipamiento, viendo los recursos necesarios para la siguiente mejora, cocinando comida y comprando pociones para abastecer nuestra siguiente excursión entre muchas cosas más.
 
En definitiva, la magia de Monster Hunter existe y la recomiendo a todos aquellos que nunca lo hayan jugado, ya que no hay una experiencia similar en la industria. Monster Hunter: World se posicionó como la puerta de entrada a la saga por excelencia y, en mi caso, no solo me hizo disfrutar de su mundo por cientos de horas sino que también logró que Monster Hunter Wilds, la siguiente entrega que saldrá durante 2025, sea uno de los juegos que más espero en la actualidad.