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El Bolillo Potosino

Ana Paola Dávila | 13/10/2024 | 12:05

Pensar en el pan de México es imaginar una variedad de delicias. Sin embargo, el bolillo potosino, con su forma distintiva y sabor característico, ofrece una experiencia singular que lo  distingue.

El bolillo potosino se diferencia notablemente de otros tipos de bolillo que se encuentran en el país. Mientras que el bolillo tradicional de otras regiones, como el de la Ciudad de México o el de Guadalajara, suelen tener una corteza más delgada y crujiente, el bolillo potosino se caracteriza por una corteza más gruesa y un interior más esponjoso.

Esta diferencia se debe a la forma en que se prepara la masa y el tiempo de horneado, que le confiere una textura única que es a la vez suave y firme. La corteza gruesa, que a menudo se describe como crujiente pero no excesivamente dura, hace que sea ideal para acompañar guisos, caldos y otros platillos típicos de la región.

La historia del bolillo potosino se remonta a los primeros días de la panadería en México.

Durante el periodo colonial, los españoles introdujeron el pan europeo en el continente americano, adaptando recetas y técnicas a los ingredientes locales. El bolillo, que es una adaptación del pan francés "baguette", se convirtió en un alimento básico en México.

Según datos de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares (CANAINPA), el consumo de pan en México es significativo. Aunque no tengo cifras exactas recientes, se estima que el mexicano promedio consume alrededor de 33 kilogramos de pan al año.

La receta básica del bolillo potosino se ha transmitido de generación en generación, preservando un sabor auténtico que resuena con la historia de San Luis Potosí. Muchos de los panaderos han heredado sus habilidades de sus antepasados y continúan utilizando métodos tradicionales para asegurar la calidad del bolillo potosino.

Un ejemplo destacado de esta tradición es la Panadería y Pastelería La Superior, que ha estado en el negocio por más de 120 años. El Ing. Héctor Preciado Torres, director comercial de esta panadería, explica cómo han logrado mantenerse activos durante más de un siglo:

“Siempre nos hemos enfocado en nuestros clientes, ofreciéndoles un servicio de calidad, innovación y excelente trato.”

La panadería, que ha sido un pilar en la comunidad potosina, ha preservado las técnicas tradicionales mientras se adapta a las demandas contemporáneas. El bolillo potosino, en particular, destaca por su crocancia, la aleta de tiburón bien marcada y el sabor que se percibe en cada bocado.

Este pan es fácilmente identificable por su forma y textura, ya sea que esté relleno de ingredientes salados o dulces. Según Preciado, un buen bolillo debe tener un piso muy firme, una crocancia al tacto y una aleta de tiburón distintiva. Por dentro, debe ofrecer un sabor y firmeza en cada mordida.

La tradición familiar juega un papel crucial en la producción y venta del bolillo en Panadería La

Superior. Esta tradición no solo motiva a mejorar e innovar, sino que también asegura que el producto siga siendo apreciado por los potosinos. “La tradición familiar nos ha impulsado a estar siempre en crecimiento y a mantenernos en el gusto de la gente,” añade Preciado.

A pesar de los cambios en la industria, La Superior ha logrado atraer clientes a lo largo de las décadas mediante un enfoque en “hornear felicidad”. Esta filosofía se refleja en la calidad de sus productos y en el valor emocional que aportan a los momentos especiales en la vida de las personas. “No solo pensamos en el pan; pensamos en los momentos compartidos con la familia, los festejos y la innovación para ofrecer productos de talla europea al alcance de los potosinos,” explica Preciado.

La importancia del bolillo potosino va más allá de su sabor. Es un elemento central en la cultura gastronómica de San Luis Potosí y un símbolo de la hospitalidad y la tradición local. En muchos hogares y eventos sociales, el bolillo potosino es el pan de elección, y su presencia en la mesa es un signo de calidez y bienvenida.