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Agencia Reforma | 21/10/2024 | 12:57
Los esfuerzos del Gobierno mexicano por rescatar al sector petrolero nacional, y en especial a Pemex, deben considerar la experiencia que se tuvo en Venezuela para no cometer los mismos errores, consideró Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Baker Institute.
Para el especialista, existen varias similitudes entre la crisis petrolera que atraviesa el país sudamericano y lo que ya sucede en México.
"Obviamente hay algunos paralelismos entre la crisis de Venezuela en el sector petrolero, y esto tiene mucho que ver con la crisis de la empresa estatal. Antes de Hugo Chávez se había abierto el sector, como con la reforma de México, pero un poco más 'agresivo', es decir, más participación en producción.
"Después llegó Chávez y tomó el control de proyectos petroleros de las empresas privadas, pero eventualmente dejó de haber inversión y se mermó la salud financiera de la empresa estatal al no tener la capacidad de invertir y seguir en actividades no tan rentables. Ahí también hay un paralelismo con México", puntualizó en entrevista la semana pasada.
El especialista apuntó que México ha buscado aumentar la refinación de petróleo pese a que es un negocio en el que Pemex pierde dinero.
Por ello, consideró que, en términos del futuro del País, Pemex debe concentrarse en aquellas actividades que son rentables y abrir al sector privado aquellas que no son rentables, que son muy riesgosas o que la empresa no tiene ni el dinero ni la capacidad técnica de hacerlas, como la exploración en aguas profundas.
"Hay que ver si la Administración de la Presidenta Claudia Sheinbaum va a permitir modelos en los que pueda haber una colaboración pública-privada para que se consoliden las inversiones", agregó.
En 2013, se realizó la reforma energética durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, que abrió la participación privada en el sector petrolero mexicano para la asignación de áreas y su exploración, con ello se logró realizar tres rondas petroleras.
Sin embargo, para el inicio de la Administración de Andrés Manuel López Obrador, se estableció un cambio en la política energética que terminó las rondas y la asignación de nuevas áreas de exploración para privados, todo por privilegiar la operación y producción de Pemex.
