Agencia Reforma | 21/10/2024 | 14:00
La relocalización de las cadena productivas en México debe considerar a la sustentabilidad para determinar los parámetros de la producción "verde", aseveró Juan Antonio Reboulen, director de Relaciones Institucionales y Comercio Internacional en Deacero.
Dijo que en casos como el acero, la falta de un criterio estandarizado no permite avanzar en la reducción del dióxido de carbono (CO2).
"Hay una batalla a nivel mundial por lograr una definición de lo que es el acero verde, hoy no hay consenso a nivel global sobre qué es y qué no", explicó Reboulen en entrevista la semana pasada.
Entre los principales beneficios del nearshoring está la reducción de emisiones, tanto por traslados más cortos en la cadena de distribución, como por procesos de producción menos contaminantes respecto a los competidores asiáticos.
"Indudablemente, Norteamérica es una región más competitiva que Asia; China tiene que importar carbón y chatarra para producir acero, nosotros lo tenemos todo.
"Pero el tema de nearshoring, por alguna razón equivocada, ha dejado fuera los beneficios en términos de sustentabilidad, porque se habla de nearshoring como una estrategia de relocalización únicamente por temas de costos de producción, pero una de las fuerzas más poderosas es la sustentabilidad", dijo el directivo.
Actualmente, Deacero fue certificada como la empresa de Norteamérica más limpia en términos de generación de CO2 por tonelada producida de acero.
"En el mundo, el promedio general de emisiones de CO2 por tonelada de acero es de 1.8 millones de toneladas, en México se tiene una media de 1.3 millones de toneladas de CO2 por tonelada de acero.
"El dato de Deacero es 0.3 millones de toneladas de CO2 por tonelada de acero, es decir, cuatro veces menos que el promedio mundial", explicó Reboulen.
En el caso de China, prácticamente duplica el promedio mundial, con 2.2 millones de toneladas de emisiones, cifra que además es poco transparentes, ya que es una industria altamente subvencionada por el Gobierno.
"Cómo competir con un productor como China, que tiene atrás al Estado chino, subsidiando y apoyando, las empresas del mundo occidental somos buenos competidores, pero nadie puede competir contra el Estado de la segunda economía del mundo", cuestionó el directivo.