¿Alguna vez te has sentido triste, solo por el hecho de que anochece? No estás solo. De acuerdo a expertos en salud mental, esta caída repentina de tu estado de ánimo, o quizás un aumento de angustia y de preocupación, es lo que definen como “depresión nocturna”.
La doctora Theresa Miskimen Rivera, profesora clínica de psiquiatría en la Universidad Rutgers y presidenta electa de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, lo describe como una “sensación de tristeza”.
También señala que las personas diagnosticadas con depresión pudieran notar que sus síntomas empeoran por la noche, sin embargo, esto no significa que cualquiera que lo experimente va camino a desarrollar el trastorno emocional.
Un artículo publicado en el New York Times explica que la “depresión nocturna” tiene una explicación enfocada en tu ritmo circadiano, el cual pudiera estar desincronizado.
Los expertos médicos de la Clínica Cleveland definen el ritmo circadiano como un reloj interno de 24 horas, el cual indica a tu cuerpo cuándo es hora de despertar y cuándo es tiempo para dormir. Y existen factores que pueden alterarlo, como el exceso de luz que reciben tus ojos, afectando la producción de melatonina.
Cuando ese reloj biológico se desincroniza del ciclo sueño-vigilia, tu estado de ánimo puede verse afectado, sobre todo porque empiezas a acostarte muy tarde o levantarte más temprano de lo habitual.
Existe una relación entre la falta de sueño y la depresión
Estudios científicos han demostrado que las personas con insomnio tienen un riesgo diez veces mayor de desarrollar depresión, en comparación con quienes duerme bien. Esto significa que existe una estrecha relación entre la falta de sueño y el trastorno psicológico.
De acuerdo a investigadores del Johns Hopkins Medicine, el 75% de las personas que sufren depresión tiene problemas para conciliar el sueño o permanecer dormidas una vez que lo consiguen.
Para evitar que la “depresión nocturna” se apodere de tus noches, expertos en salud recomiendan practicar buenos hábitos de sueño. Esto implica apagar el teléfono, al menos media hora antes de acostarte, tratar de mantener un horario de sueño constante, ordenar tu habitación y que esté oscura al dormir, entre otros detalles que llaman a la lógica.
En caso de que esta extraña sensación persista, a pesar de que creas el ambiente más cómodo para dormir, es aconsejable que busques atención médica, especialmente con un psicólogo o terapeuta del sueño.