Desde siempre, la vitamina D ha sido un suplemento fundamental para la salud de tus huesos, principalmente porque ayuda a una mejor absorción del calcio. Sin embargo, los expertos advierten que abusar del suplemento no supone un mayor beneficio, sino que podría producirse un efecto contrario.
La doctora JoAnn Manson, profesora de Salud de la Mujer de la Cátedra Michael y Lee Bell en la Facultad de Medicina de Harvard, señala: “Parece que las dosis muy altas de vitamina D no aportan más beneficios para la salud ósea y, de hecho, pueden tener un efecto perjudicial”.
Criticó el hecho de que los consumidores consideren que, porque algo es bueno, una mayor ingesta será mejor. “En general, esto no es así y tampoco es el caso de la vitamina D”, reiteró.
La experta citó un estudio publicado en la revista científica JAMA, el cual demostró que tomar altos niveles de vitamina D es contraproducente.
Los investigadores ofrecieron a 300 participantes una dosis de 400 UI, 4,000 UI o 10,000 UI, que tomaron todos los días durante tres años, monitoreando su salud ósea antes y después del experimento.
Los resultados evidenciaron que una dosis modesta de 400 IU al día podía ser beneficiosa para la salud ósea, pero no se encontró alguna mejora en el estado de los huesos cuando esa dosis se aumentó a 4,000 UI o 10,000 UI. “Incluso, el estudio sugirió que podría haber algún daño, como reducir la densidad ósea”, comentó la doctora Manson.
Cuánta vitamina D debes tomar para no perjudicar tus huesos
En primer lugar, los expertos aclaran que no es necesario que consumas grandes cantidades de vitamina D, sino las justas o las recomendadas por un médico, según tu caso particular.
La doctora JoAnn Manson aclara que, “una vez que alcanzas un cierto nivel de ingesta, aumentar la dosis no va a ser más beneficioso”. En este sentido, precisa que una cantidad pequeña o moderada de vitamina D, como unos 1,000 UI diarios, puede ser suficiente para obtener la cantidad que necesitan tus huesos.
Además, existen otras fuentes de vitamina D que puedes (y debes aprovechar) para no depender exclusivamente de un suplemento. Por ejemplo: los alimentos y la exposición adecuada al sol.
El doctor Donald D. Hensrud, miembro del equipo de médicos expertos de Mayo Clinic, mencionó que la vitamina D se encuentra en muchos alimentos que necesitas consumir. Mencionó: “Yemas de huevo, el queso, el aceite de hígado de bacalao, el hígado de res y los pescados grasos como el atún, el salmón, las sardinas, el arenque y la caballa”.
Apuntó que existen otros alimentos que ofrecen una cantidad fortificada de vitamina D, que también puedes aprovechar, incluida la leche, los cereales y algunas marcas de yogur y jugo de naranja.
Por último, el doctor Robert D. Ashley, médico internista en Santa Mónica, California, aseguró que en tu propia piel está la principal producción de vitamina D. “Esto requiere los rayos ultravioleta de la luz solar para formar vitamina D3, y tanto el hígado como los riñones son necesarios para crear la forma activa de vitamina D”, explicó.