Hace más de dos décadas, un rincón especial en la avenida Masaryk en Polanco se convirtió en un referente de la auténtica gastronomía italiana en la Ciudad de México. En 2003, inspirado por la riqueza culinaria de Florencia, un emprendedor apasionado decidió abrir un restaurante que transportará a sus visitantes al corazón de Italia con cada bocado. Este sueño se transformó en un lugar acogedor que pronto ganó el cariño de los comensales, quienes encontraron en él un refugio de sabores tradicionales.
La propuesta creció, y unos años más tarde, se expandió hacia otra ubicación en Santa Fe, buscando llevar la experiencia italiana a más rincones de la ciudad. Sin embargo, una década después, esta sucursal cambió de manos, y la esencia original se mantuvo en el establecimiento de Polanco, donde la pasión por la cocina y la atención a los detalles seguían siendo prioridad.
La vida dio un giro inesperado cuando Paulina Carasa, tomó las riendas del proyecto tras la pérdida de su pareja. Con un amor profundo por la cocina y el deseo de preservar la esencia de aquel sueño, la nueva propietaria siguió la operación con el mismo enfoque de calidad y autenticidad.
Esta nueva etapa también trajo consigo una oportunidad de expansión creativa con la apertura de Belforno, Focacceria Ristorante & Vino en la colonia Condesa.
De esta manera, con un ambiente moderno y cálido, éste lugar ha llamado la atención por su excelente diseño y gastronomía.
Actualmente, Belfiore y Belforno se complementan como dos caras de la misma moneda: una tradición que se respeta y se honra con un impulso por reinventar lo conocido para sorprender a quienes van a este sitio a probar.
De esta manera, Paulina Carasa, en colaboración con el chef Martín Ventura, continúa viajando a Italia para encontrar nuevas ideas y adaptarlas a las mesas mexicanas para sorprender todos los días a los amantes más exigentes de nuestro País.