Obtener un diagnóstico lo más pronto posible es una de las mejores formas de combatir la demencia, e incluso cualquier enfermedad. Recientemente, expertos apuntaron una posible señal de Alzheimer (forma de demencia) que pudiera presentarse cuando estás comiendo. Y ahora, un nuevo estudio reveló otro sorprendente signo de demencia.
Aunque lo más común es la falta de memoria o de razonamiento lógico, las investigaciones apuntan a las caídas, es decir, a los accidentes que implican una caída y golpe.
En este sentido, la recomendación es que, luego de sufrir alguna caída que requiera atención médica, no solo te chequees a nivel físico, sino que también deberías hacerte una evaluación cognitiva.
Los resultados que arrojó el estudio
Publicado a finales de septiembre en la revista JAMA Network Open, los investigadores examinaron registros médicos de 2.4 millones de pacientes que tenían 66 años o más. La data era entre 2014 y 2015, con un año de seguimiento.
Tras el análisis, descubrieron que los pacientes que ingresaron a una sala de emergencias para ser atendidos por una caída, tenían hasta un 21% más de probabilidades de obtener un diagnóstico con demencia. Esto en comparación con pacientes que también acudieron a urgencias, pero por otro tipo de afecciones.
Cabe destacar que ninguna de las personas analizadas en el estudio tenía antecedentes de demencia.
La doctora Molly Jarman, PhD, autora principal del estudio y subdirectora del Centro de Cirugía y Salud Pública del Brigman and Women’s Hospital en Boston, afirmó que el estudio representa “una oportunidad de intervenir de forma temprana”.
“El deterioro cognitivo puede aumentar la probabilidad de sufrir caídas, pero los traumatismos provocados por esas caídas también pueden acelerar la progresión de la demencia y hacer que el diagnóstico sea más probable en el futuro”, explicó, la especialista.
En su conclusión, las caídas accidentales actúan como “eventos precursores” que ayudan a identificar a las personas que necesitan más pruebas cognitivas. Especialmente, si sufrió un golpe en la cabeza.
La limitante del estudio es que los datos analizados de los participantes tenían 66 años o más, por lo que se requieren más investigaciones para determinar si las caídas en personas más jóvenes, de 60, 50 o 40 años, también pudieran arrojar un signo de demencia.