Los juegos de luz y el uso masivo de polaroids con los que Paolo Roversi revolucionó la fotografía de moda entraron este jueves en el Museo de la Moda de París con la inauguración de una retrospectiva sobre medio siglo de trabajo.
Fotógrafo independiente que desde los años 70 ha ayudado a crear la imagen visual de algunas de las grandes casas de moda, Roversi rompió muchos estereotipos sobre cómo plasmar sobre el papel las prendas y las modelos que las llevaban.
"Es una figura importante de la historia de la moda y de la fotografía de moda de los últimos cuarenta años", destacó la directora del museo, Miren Arzalluz, en la presentación de la exposición en el Palais Galliera, que alberga la institución.
Nacido en Rávena (Italia) hace 76 años, había comenzado como reportero gráfico hasta que llegó a París en 1973 para interesarse en la fotografía de moda, un campo en el que fue un autodidacta.
Tras abrirse paso trabajando para revistas de moda y agencias de modelos mientras desarrollaba su estilo, comenzó a trabajar para firmas como los maquillajes de Dior o de moda como Yohji Yamamoto, Comme des Garçons, Acne Studios o Christian Dior.
En 2021 realizó una serie de retratos oficiales para la princesa de Gales con motivo de su 40 cumpleaños.
La exposición, la primera dedicada a su obra en París, ofrece 140 imágenes de distintas épocas de su trabajo, con importantes diferencias entre tamaño y técnicas, pero en la que sobresalen dos hilos conductores: el manejo de la luz y la debilidad del autor por la película instantánea.
"El hilo director para él es la luz, todo parte de la 'camara obscura' de su infancia, con la luz que pasaba por las rendijas de las persianas" de su casa, recordó la comisaria de la exposición, Sylvie Lécallier.
Así, las imágenes elegidas muestran colores muy intensos sobre un fondo blanco, o modelos vestidas y maquilladas en blanco sobre un fondo del mismo color, o fotografías en blanco y negro con ricos juegos de grises.
Muchas de estas imágenes fueron tomadas en película instantánea, una técnica de la que Roversi "se enamoró" en 1980 y con la que continuó trabajando hasta después de que dejara de fabricarse, en 2010, gracias a que había comprado una gran cantidad de material, explicó Lécallier.
Un ejemplo es 'Nudi', la serie de desnudos de modelos que comenzó en 1983 con Inés de la Fressange y continuó hasta 2011, y en la que las imágenes iniciales impresas sobre papel son "refotografíadas" en película instantánea hasta lograr unas siluetas difusas, de blanco sobre blanco, que entran ya casi en la abstracción.
La serie, con las que Roversi fue más allá de los encargos de firmas o revistas de moda para pasar al nivel de los proyectos de creación personal, muestran también otra característica propia del autor: el trabajo personal con las modelos durante las sesiones.
"Un largo tiempo de posado es dejar al alma el tiempo de salir a la superficie. Y dejar al azar el tiempo de intervenir", es una de las máximas de Roversi para el trabajo que realiza desde hace medio siglo en su estudio del distrito 14 de París, en donde guarda copias de todas sus imágenes.