El viajero que llega por primera vez a China se suele quedar sin palabras ante los paisajes que se pueden contemplar en el gran gigante de Oriente. Desde su impresionante Muralla China, una de las siete maravillas del mundo con más de 21.000 kilómetros de extensión, hasta sus grandes urbes como Shanghái, con 28 millones de habitantes o Pekín, con 21 millones. Hoy, sin embargo, viajamos hasta Wangxian Valley para descubrir cómo se vive cuando tu hogar está colgado en las montañas.
En la provincia oriental china de Jiangxi, el valle de Wangxian ha saltado a la fama gracias a sus casitas construidas a lo largo de los escarpados acantilados. La belleza del entorno es innegable: precipicios que desafían a los viajeros más valientes, densos bosques en los que realizar rutas senderistas que culminan con ríos y cascadas bellísimos y una ciudad que parece creada con inteligencia artificial.
Wangxian Valley podría parecer un parque temático de lo bello que es. Por el día, cuando la luz inunda todo, se ven cientos de casitas adosadas a la montaña, con unas escaleras que conectan unas con otras, desafiando a cada segundo la ley de la gravedad. Y es que vivir en Wangxian, lejos de ser un sueño, es más bien algo complejo, ya que no es nada fácil disfrutar de ciertas comodidades que en occidente clasificamos como normales o habituales.
Casas al borde del abismo
En este valle hay varias aldeas o vecindarios situados a lo largo de todas las montañas. Y no nos debemos dejar engañar por su aspecto de cuento, ya que las condiciones de vida no son nada sencillas. Cada casa (por llamar de alguna manera a alguno de los pequeños cubículos de madera) alberga a varias familias que deben compartir pequeños espacios. Y es que ya se sabe el gran problema que supone la superpoblación en China.
Disponer de agua potable tampoco resulta fácil y las casas menos lujosas (la mayoría) no cuentan con un servicio de saneamiento. En el valle la mayoría de la gente se dedica a la agricultura y llenar la nevera (que en muchos casos ni siquiera existe) no es fácil. Pese a las difíciles condiciones de vida de los vecinos de Wangxian, esta ciudad colgante se ha idealizado hasta niveles insospechados.
Wangxian Valley: éxito en redes sociales
Solo es necesario teclear Wangxian Valley en las redes para descubrir videos que se han viralizado y en los que las casas colgantes parecen lugares idílicos con unos paisajes mágicos. Sí, es un lugar único y muy espectacular (al estilo de los grandes puentes chinos que dejan a uno boquiabierto), pero las condiciones de vida, como ya hemos mencionado, no resultan nada fáciles.
El hermetismo y la falta de información oficial acerca de esta comunidad perdida a unos 50 kilómetros de la ciudad de Shangrao es total. Tan solo algunas webs ofrecen datos de su ubicación, pero no hay datos oficiales sobre la cantidad de habitantes de estas casas colgantes.
Volvemos a redes sociales como YouTube, Tik Tok e Instagram, en dónde se ven imágenes de las casas colgantes, pero, sorprendentemente, no existen imágenes del interior de alguna de estas particulares construcciones. Es cierto que los viajeros pueden visitar algunas abiertas al público, pero no está permitido hacer fotos. Por ello, saber cómo se vive realmente en este rincón chino resulta todo un misterio.
Lo que sí podemos disfrutar es el magnetismo que desprende este lugar mágico cuando cae la noche. Las luces de las casitas se encienden y ofrecen un espectáculo inigualable, como si miles de luciérnagas iluminaran un valle que no parece de este mundo. En definitiva, visitar Wangxian Valley, la ciudad china colgada en las montañas es una experiencia que todo viajero debería vivir, al menos, una vez en la vida.