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La regla de los millonarios que te ayuda a cuidar mejor tu dinero

GQ | 20/03/2024 | 13:19

¿Qué harías si supieras que existe una regla de los millonarios para cuidar el dinero y usarlo mejor? Seguramente muchas personas seguirán esa regla e intentarían aplicarla a su propia vida, finanzas o presupuestos, y eso sería muy inteligente.
 
Hay dos tipos de millonarios, los que van por ahí gastando en exceso y como si no hubiera un mañana, que son a los que la fortuna no les dura tanto como pensaban, y los que son más cuidadosos y entienden que, aunque se vale darse gustos de vez en cuando, el dinero se debe cuidar.
 
Y no, no se trata de tener todo acumulado en una bóveda, como en el caso de los enanos de The Hobbit, que lo perdieron todo cuando un dragón invadió su montaña, sino de entender que hay todo tipo de cosas y situaciones que pueden afectar tu economía, y si no eres cuidadoso, tu cuenta de banco se puede quedar en ceros y puedes llegar a tener problemas.
 
No saber cuidar de tu dinero es una Red Flag financiera y puede tener consecuencias en tu vida personal y tus relaciones. La buena noticia es que siempre puedes tomar inspiración de otros para encontrar algo que te funcione.
 
La regla de la frugalidad
 
Figuras como Warren Buffett, Bill Gates y Mark Zuckerber suelen tener un lugar en la lista de los hombres más ricos del mundo cada año. Esto no solo tiene que ver con el hecho de que construyeron imperios millonarios y ganaron millones de dólares con eso, también tiene que ver con el hecho de que ha aprendido a cuidar de su dinero y a usarlo de manera correcta.
 
Un principio que estos tres personajes, y muchos otros millonarios alrededor del mundo, parecen aplicar es la regla de la frugalidad (no en exceso).
 
Para aclarar lo que es esta regla de los millonarios para cuidar el dinero, el diccionario Merriam-Webster define a la frugalidad como la capacidad de “gestión cuidadosa de los recursos materiales y especialmente del dinero”. Básicamente, se trata de evitar los gastos en exceso, de ser precavido y de vivir un poco por debajo de tus posibilidades, evitando gastos innecesarios y evitando, por ejemplo, compras por impulso.
 
No se trata de vivir de la manera más austera del mundo, sino de pensar mejor antes de gastar, evitar acabar tu sueldo antes de la siguiente quincena y aprender a determinar qué cosas puedes eliminar de tus gastos diarios, en especial cuando estás un poco más ajustado económicamente.
 
De hecho, la frugalidad puede ayudarte a cumplir otra regla importante, que es la de ahorrar un poco cada día y prepararte para el retiro. La frugalidad también puede ayudarte a construir un presupuesto y a tener más claridad sobre tus gastos básicos (renta, luz, agua, comida) y los gatos que no son necesarios y que no siempre debes hacer (como comprar café todos los días en lugar de prepararlo en casa)
 
¿Cómo puedes practicar la frugalidad?
 
Para practicar la frugalidad, hay que hacer algunas cosas que pueden ayudar a entender mejor el dinero, los hábitos de gastos y cómo corregir los que no son tan buenos.
 
Empieza por un presupuesto
 
El paso más importante que debes seguir para cuidar de tu dinero es la creación de un presupuesto, ya que esto te ayuda a conocer de manera más clara cuáles son las cosas que debes pagar todos los meses, como la cuenta del gas, cuánto dinero recibes al mes, cómo dividir ese dinero y qué es lo que te “sobra” al final.
 
De ese sobrante puede salir tu ahorro y también puedes determinar si es suficiente y si vale la pena que uses parte de eso para darte un gusto. Con un presupuesto, también puedes planear tus gastos y prepararte, por ejemplo, para realizar un viaje, comprar un coche o una casa.
 
¿Lo necesitas o simplemente lo quieres?
 
La frugalidad pretende evitar que hagas compras por impulso y que no necesitas, así que un elemento importante es hacerte la pregunta de si lo que vas a adquirir es algo que necesitas o que simplemente quieres, y si es algo que le va a sumar algo a tu vida.
 
Si es algo que necesitas, entonces es un gasto que no se puede evitar, pero si es algo que solo quieres, debes tomarte el tiempo para pensar si es realmente adecuado hacer el gasto en ese momento, si pagar ese precio vale la pena o si es un buen momento para comprar.
 
Siempre busca la calidad
 
Las cosas que tienen una mejor calidad pueden ser más caras, pero es como dicen, lo barato te puede salir más caro a la larga. Lo que pasa es que, cuando una cosa tiene mejor calidad, es más duradera y resistente, y eso quiere decir que no vas a tener que comprar un reemplazo tan rápido. Esto aplica para todo, desde la ropa, hasta tus utensilios de la cocina.
 
No acumules deudas en tus tarjetas de crédito
 
Otra regla de la frugalidad es la de entender que la tarjeta de crédito no está ahí para que sigas gastando cuando ya te acabaste el dinero. Las tarjetas se pueden usar para cosas necesarias, pero no en exceso y hay que evitar que se acumulen deudas e intereses, ya que eso puede llevarte a tener que hacer más pagos de los que esperabas y a que el dinero no te alcance.