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5 cosas que las parejas sanas nunca hacen

GQ | 11/04/2024 | 15:43

Las parejas sanas son las parejas más felices, estables y duraderas, son las que realmente tienen buenas relaciones y están satisfechas con sus vidas y con lo que han construido, pero que también entienden que para tener una buena relación hay que poner un poco de esfuerzo y de trabajo, y que integrar nuevos hábitos y prácticas es tan importante como evitar las negativas.
 
Encontrar a una persona que te gusta y que parece ser compatible contigo no es todo lo que se necesita para, es el primer paso y después hay que pensar en el resto de la relación, en fortalecer el vínculo y en construir algo que se mantenga fuerte con el paso del tiempo.
 
Claro que no necesitas hacer un esfuerzo sobrehumano o forzar las cosas para tener una relación exitosa, pero es importante que sepas que lo bueno cuesta y que, si descuidas tu relación simplemente porque no hay problemas importantes, entonces todo se puede empezar a deteriorar.
 
Por otro lado, también hay que saber que hay cosas que pueden parecer normales o insignificantes, pero que en realidad pueden ser un gran enemigo para tu relación y pueden llevarla por un camino de destrucción. Es por esto que nunca vas a ver a las parejas sanas y fuertes cometiendo algunos errores que pueden ser más problemáticos de lo que suenan.
 
Las parejas sanas y 5 cosas que nunca hacen (para proteger su relación)
 
Discutir cosas importantes en público
 
Hay un dicho famoso que dice “la ropa sucia se lava en casa”, y esto hay que entenderlo de la forma correcta.
 
En las relaciones, se refiere a evitar tener peleas o discusiones públicas de cosas que son privadas, ya que eso puede empeorar la situación o incluso llevar a que otras personas intervengan y presenten opiniones que pueden causar más división. Claro que hay cosas que se pueden compartir con el mundo, pero hay cosas que le pertenecen solo a la pareja y que se deben hablar en privado, como una forma de trabajar la confianza y la seguridad.
 
Huir de los problemas o evitarlos
 
Las parejas más sanas, fuertes y duraderas también tienen problemas, la diferencia es que ellas no los ignoran, no los barren debajo de una alfombra y no los dejan para después.
 
Lo que hacen es trabajar en equipo, usar sus habilidades de comunicación, escuchar al otro y proponer soluciones en conjunto para poder superar la situación, encontrar las causas y tomar responsabilidad por la parte que cada uno juega. Los problemas no desaparecen cuando los ignoras, se pueden hacer más grandes con el tiempo y pueden llegar a explotar.
 
Sacrificar su tiempo juntos
 
Dormir en la misma cama y compartir el mismo espacio no necesariamente cuenta como pasar tiempo juntos. Para que el tiempo cuente, debe ser tiempo de calidad, los dos deben estar presentes en el momento, sin distracciones, sin estar pensando en el trabajo o pegado a la pantalla.
 
Las relaciones se fortalecen con el tiempo compartido, con las interacciones correctas y con los momentos divertidos y de calidad, así que no se deben sacrificar las oportunidades de tener esos momentos con la pareja para hacer otras cosas. Esto también puede hacer que la relación se desgaste o que las personas sientan que se están alejando.
 
Cuando todo lo demás es prioridad antes que la pareja, entonces puede haber problemas.
 
Hablar sin escuchar
 
Parte de la buena comunicación es el saber escuchar a la otra persona. Hay que recordar que las conversaciones no son monólogos y que, así como nos gusta y es importante sentirnos escuchados, también es importante para los demás.
 
Cuando no escuchas, entonces no puedes conocer a la otra persona, no puedes entenderla, descubrir qué le gusta, qué le preocupa o cuáles son sus límites, así que es importante que le des tiempo y espacio para expresarse, demostrando que estás escuchando con empatía y atención.
 
Guardar rencores y tomar venganzas
 
Saber perdonar también es esencial, y eso también significa dejar ir las cosas y evitar usar cada problema o discusión para atacar al otro o para buscar venganza. Esto puede ser de las cosas más dañinas en una relación y hace que todo se convierta en una competencia tóxica sobre quién sufre más, quién es mejor que el otro y quién se merece una “lección” para “balancear” el puntaje.