LordeDandy, un usuario de X, dio a conocer que compró unos aretes de la reconocida marca de joyería Cartier, la cual –por error– puso unos pendientes de oro rosa y diamantes en 237 pesos mexicanos, cuando su precio real es de 237 mil pesos.
“Pues yo aproveché la oportunidad nenucas y hasta pedí dos pares, y díganme muerto de hambre pero dudo que ustedes hubieran desaprovechado la oportunidad”, dijo LordeDandy.
Ante el descubrimiento de su error, la compañía, presuntamente, trato de convencerlo de que renunciara a su compra, por lo que le enviaron un documento –para que él firmara–, en el que pretendían que el cliente se diera por satisfecho y renunciara al derecho de recibir su compra, así como de cualquier cantidad adicional.
A cambio de su firma, Cartier –aparentemente– le pareció una buena idea proponerle al joven, regresarle los $474 pesos que pagó por el par de aretes; además de compensarle con una botella de champagne Cartier Cuvée y un portapasaporte Cartier, ambos de obsequio. LordeDandy dio a conocer el documento a través de una publicación en su cuenta de X.
De acuerdo con la página web de Cartier, las condiciones de venta en México se rigen e interpretan “de conformidad con las leyes del país”, por lo que “cualquier disputa, controversia o reclamo que surja o esté relacionado con las Condiciones de Venta, incluida la validez, invalidez, incumplimiento o terminación de las Condiciones de Venta, o con cualquier producto comprado a Cartier a través de la Plataforma o el Centro de Relación al Cliente, podrá someterse a conciliación ante la Procuraduría Federal del Consumidor”.
Según la Ley Federal del Consumidor, en su artículo 7: “Todo proveedor está obligado a informar y respetar los precios, tarifas, garantías, cantidades, calidades, medidas, intereses, cargos, términos, plazos, fechas, modalidades, reservaciones y demás condiciones conforme a las cuales se hubiera ofrecido, obligado o convenido con el consumidor la entrega del bien o prestación del servicio, y bajo ninguna circunstancia serán negados estos bienes o servicios a persona alguna”.
Gana el consumidor
“War is over. Cartier está cumpliendo”, escribió el usuario antes de responder a quienes lo han criticado señalando que está abusando de un error.
“No soy moneda para caerle bien a los lambiscones. No sé quién es el empleado ni su status, si quieren saber pueden preguntarle a la marca, a mi no, yo no lo contraté. Ustedes ya solo están debatiendo entre socialismo y capitalismo”.
Cuando la compra fue cancelada, el usuario inició una campaña en redes sociales para exigir le fuera cumplido el pedido; en caso de no ser así recurriría a Profeco, la institución que la misma compañía había establecido como la reconocida para resolver esta disputa en las condiciones descritas en su página web.
Mientras algunos usuarios celebraron que todo haya terminado a favor del comprador, para otros solo se trata de un abuso de alguien que aprovechó un error de un empleado que colocó mal el precio.
